Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1858-1860 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 5 de mayo de 1859
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 110, 3.028, 3029
Tema: Obras de la Puerta del Sol

El Sr. SAGASTA: El Sr. Sánchez Silva no ha comprendido las observaciones que yo le he hecho, o yo no me he explicado con la claridad que era de desear.

Su señoría empezó par decirnos que la Comisión no ha podido hacer otra cosa, y que en el estado en que se encuentran esas obras, la Comisión no ha podido hacer más. Precisamente ese estado es el más favorable para llevar a cabo lo que yo propongo. Que se han derribado las casas: pues esto era lo primero que había que hacer para determinar la forma que habían de tener las casas nuevas que se iban a levantar. [3.028] Cabalmente esto es lo que procede ahora. Por no haber habido subasta, y por la falta de postores a los terrenos, el Gobierno es todavía dueño de ellos, y puede determinar la forma que crea más conveniente para las casas que han de levantarse.

Vea S.S. cómo no hay inconveniente en llevar a cabo mi pensamiento en esa parte: al contrario, tiene todas las ventajas, todas las condiciones favorables para hacer lo que yo deseo que se haga.

Me dice S.S., en una de esas exageraciones del Mediodía a que tan aficionado se muestra el Sr. Sánchez Silva: para determinar la forma que quiere el Sr. Sagasta, sería preciso irnos lista la plazuela de Santo Domingo.

Si yo no digo hasta donde hemos de ir, si yo no hago más que manifestar al Congreso que la forma adoptada para levantar casas en la Puerta del Sol es la peor posible, que no hay nada peor, precisamente por las mismas razones que ha dado S.S. para sostenerla.

Decía S.S.: ¿pues no ve el Sr. Sagasta que con la forma circular van a resultar ángulos agudos en las casas? Precisamente resultarán esos ángulos agudos con la forma adoptada por S.S., y se evitarán con la que yo deseo; o las leyes de geometría son falsas, o la manera de evitar esos ángulos agudos es determinar una curva. ¿Sabe S.S. por qué? Pues se lo voy a explica a S.S. de una manera muy sencilla y clara que no le dejará duda. Los ángulos agudos han de resultar por la formación de calles afluentes a la Puerta del Sol y convergentes en su punto céntrico próximamente, pues tirando una línea que todas esas calles hayan de cruzar, convergerán en ángulos agudos. Pues el modo de evitar esos nulos es determinar una curva que tenga precisamente ese punto céntrico y haga que esas calles la corten paralelamente y no oblicuamente, como sucedería siguiendo el método de S.S. Y vea el Sr. Sánchez Silva cómo de la forma adoptada por la Comisión resultan los inconvenientes que quiere S.S. evitar, y cómo se evitan con el método que yo propongo.

Pero decía el Sr. Sánchez Silva: el Sr. Sagasta quiere cosas incompatibles, quiere por de pronto que no haya sacrificio para el Tesoro por parte del Estado, y al mismo tiempo quiere una plaza monumental. Yo no pido eso, yo no quiero una plaza monumental; y en segundo lugar, yo no me niego nunca a los sacrificios cuando los sacrificios han de ser provechosos; a lo que me opongo es a que se hagan sacrificios para cosas mezquinas, para las cuales no hay necesidad de ellos: y me opongo a que el Estado haga un gran gasto para una cosa que ya estaría hecha por la industria particular sin haber intervenido el Estado: porque de tal modo quedará la Puerta del Sol según el proyecto o según la reforma que se piensa hacer en ella, que para eso se hubiera obtenido el mismo resultado dejando a los vecinos reformar sus casas o levantarlas con arreglo a las instrucciones que tiene prevenidas la Municipalidad. Yo comprendo que la Comisión en esa parte no puede salirse ya del estado en que se encuentran las cosas; pero ha podido prevenir eso mismo, modificando la forma que había de tener la Puerta del Sol, y sacando después los solares a pública subasta; y en cuanto a que el Congreso no tiene atribuciones para hacer esa modificación S.S. está equivocado, y en prueba de que lo está le voy a poner un ejemplo. ¿No es esa una cosa que el Gobierno ha determinado, y con arreglo a la cual han de sacarse a pública subasta los solares? ¿No es esta una reforma que el Gobierno va a hacer con arreglo a un plan que si después produce beneficios por de pronto ha costado sacrificios? ¿Por qué pues no han de venir los planos de esa reforma? ¿No vienen los planos de un camino da hierro? ¿Y para qué? Es claro que no está en las atribuciones del Congreso decidir facultativamente las ventajas o inconvenientes de ese plano; pero el Congreso puede negar los recursos necesarios para llevarlo a cabo, y esto equivale a desaprobarlo. Pues esto es lo que podía hacer la Comisión, esto es lo que se ha hecho cuando se ha tratado de un camino de hierro; ¿y tendría más competencia el Congreso para aprobar o desaprobar un camino de hierro, que para aprobar o desaprobar la reforma de la Puerta del Sol que se propone? No, tiene la misma.

Pues del mismo modo que vienen aquí los planos de un camino de hierro podrían venir los de la Puerta del Sol, y si no le gustaban a la Comisión podía decir: no quiero que el Gobierno haga la reforma con arreglo a estos planos, desecho el proyecto, y si le gustaban: pues quiero que se haga, y apruebo el proyecto con arreglo a estos planos. Y ahora me recuerda el Sr. Moyano que cuando vino la ley vinieron los planos; entonces; ¿para qué vinieron si el Congreso no tenía competencia para decir, sin meterse en la cuestión facultativa, me gustan o no me gustan, los apruebo o los desapruebo, juzgando sólo la cuestión de ornato público, lo cual se puede hacer sin ser arquitecto ni facultativo? Pues para algo vinieron esos planos; vinieron sin duda para que la Comisión y el Congreso los examinasen y decidiesen si el sacrificio que el país iba a hacer tenía hecho, porque el Estado tiene que reembolsar los gastos que ha hecho, iba a costar muchos millones para tener después una Puerta del Sol mezquina, sin importancia e indigna de la capital de la Monarquía. Eso era lo que yo negaría, un sacrificio inútil, no un sacrificio necesario; y bajo este punto de vista, que es el verdadero de esta cuestión, no creo que pueda haber nada de inconveniente en lo que antes he manifestado.



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